La inflación es ese mal económico, otrora silencioso, que ha emergido para copar titulares y estar ya no solo en boca de todos si no, también, en sus bolsillos. Tal y como refleja el último informe de la OCDE, los salarios de los españoles se redujeron en un 5,3% durante 2022, la novena caída más alta entre los 38 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Todo ello mientras los buenos resultados y los márgenes empresariales continúan aumentando.

El impacto humano y económico de la guerra de Ucrania ha sido generalizado, traspasando océanos y fronteras. El 'think tank' que agrupa a las economías avanzadas, Taxig Wages, destaca que, aunque el salario medio se incrementó en todos los países de la OCDE durante 2021 y 2022, en términos reales dista mucho de ser positiva a causa de la inflación. De hecho, la organización afirma que este salario real disminuyó en 35 de los 38 países que aborda el estudio.
Así pues, España se sitúa como el noveno país en el que más han decrecido los salarios reales, solo por detrás de Estonia (-10%), Turquía (-8,8 %), Países Bajos (-8,3 %), Grecia (-7,4 %), República Checa (-7%), México (-6,8 %), Lituania (-6,3 %) y Letonia (-6,2 %). En el otro lado, solo Hungría con un 2,6%; Colombia con un 1,5% y Suiza con un 0,1% han experimentado un incremento en sus salarios reales.

Los impuestos, el sustento del Estado de Bienestar
Otro dato de relevancia que arroja el informe de Taxing Wages radica en el ajuste de la fiscalidad de los países. Los últimos coletazos de la crisis económica derivada del confinamiento, el bloqueo de las cadenas de suministro y la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania han obligado a 17 de los 38 países de la OCDE a la activación de mecanismos de ajuste automáticos que permitan sustentar el Estado del Bienestar.

Así pues, las políticas fiscales españolas, que no son automáticas si no discrecionales, se han situado en la misma línea que más de la mitad de los países que componen la organización. De esta forma se han dado subidas en las deducciones fiscales o correcciones de los tramos del IRPF para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y permitir una mayor redistribución de la riqueza.

De hecho, el Ministerio de Hacienda ha descartado una deflactación generalizada del IRPF, algo que han llevado a cabo distintas Comunidades Autónomas, ya que una rebaja general del tipo impositivo beneficiaría a las rentas más altas y por ende reduciría la recaudación necesaria para ofrecer el gran abanico de ayudas a la población vulnerable. Así pues, la rebaja de impuestos ha sido aplicada solo a las rentas medio-bajas a través de la ampliación de la reducción por rendimientos del trabajo desde los 18.000 hasta los 21.000 euros.
Si bien es cierto que el 39,5% del salario bruto de los trabajadores españoles solteros y sin hijos se destinó al pago de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social en 2022, frente a una 'cuña fiscal' media del 34,6% para el conjunto de la OCDE, este desembolso tiene un importante matiz, la gran mayoría proviene de las rentas altas.

Así, España se situó en el decimoquinto puesto de los países con mayor 'cuña fiscal' de la OCDE, en un ranking encabezado por Bélgica, donde a los trabajadores solteros y sin hijos se les retiene el 53% de su salario. De hecho, los belgas son los únicos que deben transferir a la Administración y la Seguridad Social una suma mayor de su salario bruto de la que ellos reciben en neto.
Por detrás de Bélgica, los países con mayor diferencia entre salario bruto y neto son Alemania, donde se retiene el 47,8%, Francia (47%), Austria (46,8%) e Italia (45,9%).
Por contra, los países de la OCDE con cuñas fiscales más bajas en 2022 eran Colombia (0%), Chile (7%), Nueva Zelanda (20,1%) y México (20,4%).

En su análisis, la OCDE destacó que la cuña fiscal aumentó en 23 de los 38 países miembros entre 2021 y 2022, disminuyó en 11 y se mantuvo igual en cuatro, señalando que el único país donde el aumento superó el punto porcentual fue Estados Unidos, con un alza de 2,20 puntos porcentuales, por el final de los beneficios por Covid-19.
El Gobierno pide a la patronal que se siente a negociar
Frente a los extensos márgenes empresariales y la devaluación salarial de la que se ha hecho eco el informe de la OCDE, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía social, Yolanda Díaz ha solicitado a la patronal que se siente a negociar y a la oposición que no torpedee el trabajo del Ejecutivo.
“Le pediría a la oposición española que esté, por una vez, del lado de los problemas de nuestro país. Los principales son el desempleo y la vivienda. Hay centenares de miles de familias que no pueden abordar el pago del arrendamiento en nuestro país y ahora tenemos la oportunidad de revertir esta situación con una Ley de Vivienda”, ha asegurado Díaz al respecto.
A propósito de los empresarios, la ministra de trabajo ha asegurado que los empresarios y los sindicatos no se han sentado a negociar un acuerdo sobre la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores desde el pasado 5 de mayo. “No hay ninguna excusa. El Incremento se ha multiplicado por 7 en relación con las rentas salariales de los trabajadores de acuerdo con el Banco de España. Además, los enormes, anchos y extensos, márgenes empresariales se pueden destinar a revalorizar los salarios”, ha dicho.
“La inflación está golpeando singularmente a las rentas más bajas, a las familias trabajadoras y a los más vulnerables. Le pido, una vez más, a los dirigentes de la patronal que estén a la altura de nuestro país. Con políticas de devaluación salarial no salimos de esta crisis, es justamente al revés. Las propias patronales deberían entender que tenemos que revalorizar los salarios para mejorar la economía en su conjunto”, sentenciaba Díaz.
En la misma línea se ha pronunciado, la tarde de este martes, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el Senado. El líder del Ejecutivo ha llamado a hacer una reflexión a la par de que recuerda la subida del SMI, la revalorización de las pensiones del IPC, y el fortalecimiento del Estado del Bienestar "reforzando el sistema de salud y la educación".
"Después de conocer la cifra de caída de los salarios reales de los trabajadores, es justo pedir a la patronal que se siente con los sindicatos para que aprueben una senda de salario de incremento para los trabajadores", urgía Sánchez.